24/11/06

Flirteo

Hasta hoy pensaba que había dos motivos por los que un hombre te podía mirar fija y descaradamente en el transporte público. Una era porque le molas, u otra, si el que te mira está muy bueno, porque tienes nata montada en el bigote.

Hoy me pasó con un chaval monillo. Después de comprobar que no tenía nata montada ni bigote, me puse a devolver miradas.. y así estuvimos toda la hora, intercambiando miradas, gestos, y casi casi me cambio de asiento para ponerme al lado.

Menudo corte cuando cogió su bastón de la bolsa y salió del tren sin ni siquiera darse cuenta de que pasó a mi lado.

20/11/06

Las personas

Sí, sé que echáis mucho de menos información nueva sobre aviones (...) pero si me disculpáis voy a hacer un inciso para divagar sobre las personas.

Podríamos clasificar a la gente de un montón de formas, tanto objetivas como subjetivas, y seguro que cada uno lo hacemos de una u otra manera. Yo particularmente englobo a la gente en tres grupos claramente indefinidos. La que causa adicción, la que causa indiferencia, y la que causa aversión.

La gente que causa adicción son los famosos "amigos", gente con la que de verdad te apetece pasar el tiempo y nunca nunca nunca tienes ganas de matarlos. En segundo lugar la gente que causa indiferencia. En este grupo tenemos a aquellas personas que nos presentan, nos dicen su nombre, nos lo repiten, y jamás, pero jamás, volveremos a acordarnos. Es gente prescindible, sin llegar a ser molesta en tus tardes de té. Por último, la gente que te causa aversión. Cada momento a su lado es tenso, angustioso o simplemente molesto. Te planteas si un ser así puede tener gente que le aprecie y, quizás a menudo, te planteas lo bonito que sería el mundo sin él/ella.

Todo esto viene a que me apetecía contar algo y no sabía muy bien qué. Ahí queda.

13/11/06

Ameriza como puedas

Empecemos de nuevo a escribir sobre curiosidades del mundo de la aviación. Todos los que hayáis volado en vuelos internacionales o intercontinentales en los que se sobrevuele agua, habréis visto a algún pobre TCP explicando cómo se hincha uno de esos salvavidas amarillos tan cantosos en caso de que el avión tenga que descender sobre el agua. De este modo, podrías morir en mitad del oceano congelado y te ahorrarías la espantosa muerte de una caída en picado en un avión.

Pues bien, desde 1970, ha habido unos 150 millones de vuelos comerciales, y ni un solo amerizaje satisfactorio. Si bien es cierto que ha habido varios amerizajes con supervivientes como el de este vídeo, en el que un 767 de la compañía Ethiopian Airlines fue secuestrado y obligado a dirigirse a Australia sin apenas combustible. Los secuestradores no entraron en razón, y tras una parada total de motores los pilotos consiguieron salvar la vida de 50 de los 200 pasajeros que viajaban en el avión.

Hoy la utilidad de los amerizajes y las instrucciones a bordo son muy discutidas, pero por el momento seguiremos estudiando qué es lo que debemos hacer en caso de que nuestro avión se pose suavemente sobre el mar.

Cada tripulante tiene asignados, en todos los vuelos, un grupo de 50 pasajeros. En caso del utópico amerizaje satisfactorio, el TCP deberá evacuar por las rampas a los 50 pasajeros a su cargo y finalmente saltar él para hacerse cargo de alguna de las balsas, en el caso de que las hubiera. Tras alejarse lo suficiente del avión en los 10 minutos que la curva de peligrosidad dicta, se encenderán las vengalas nocturnas o diurnas según procesa, conservando la esperanza de que alguien vaya al rescate.

Personalmente creo que en un amerizaje de los que de verdad ocurren, el caos debe ser tal que más que un salvamento será un sálvese quien pueda.

5/11/06

Chiste

Llevo días, semanas, o meses sin actualizar, no estoy seguro. Hoy, a las 3:42 un chiste me ha hecho soltar una carcajada al fin.

Creo que semejante acontecimiento merece un reconocimiento público al que, a partir de hoy y en adelante, será mi chiste favorito.

En un autobús van unos turistas bizcos por París y dice el guía:
Si miran a la izquierda, verán a la derecha la torre Eiffel.

Jajaja. Jamás lo olvidaré.