27/9/11

Cumpleaños feliz.

Podría decir un millón de cosas de mi cumpleaños gitano (lo llamamos así porque duró 3 días y 2 noches) pero lo que tengo clarísimo es que debo empezar dando las gracias a todos por haberlo hecho posible.

Hacía muchos años que no me sentía en un grupo de amigos tan abierto, divertido y entrañable. Cuando por algo te sientes afortunado lo mejor es compartirlo, y desear que los demás se sientan igual.

Y ahora os cuento brevemente lo que fue este fin de semana frenético. El sábado Cora y yo nos despertamos medianamente pronto. Eloi, que tenía reserva en el aeropuerto vino a casa nada más terminar. Tiene mérito su caso especialmente, porque se levantó a las 4 de la madrugada y no volvió a dormir hasta las 4 del día siguiente para darlo todo en mi cumpleaños (un abrazo para él).

Después de picar algo en casa, nos fuimos al parque de atracciones para reunirnos con Diego, Raquel y Yanyan que fueron cada uno por su cuenta. Nos costó muchísimo aparcar; no había visto tanta gente en el parque de atracciones en mi vida, y yo voy mucho. Era como si regalaran chalets en Las Rozas y nosotros fuéramos los únicos que no lo sabíamos.

Quitando el detalle de la masificación, entramos al parque y fue sentirme un poco menos viejo. Colores, peluches gigantes, gritos aquí y allá, algodón de azúcar, niños pequeños, niños grandes... aquello es genial. Cada vez estoy más contendo de haber comprado mi bonoparques para poder ir siempre que quiera.

Hicimos un millón trescientas cuarenta y cinco mil doscientas doce fotos en el parque. No las voy a poner todas, pero os dejo un par.




Sin duda lo pasamos genial, pero de todo el material audiovisual capturado en ese parque, lo major de lo mejor es sin duda el siguiente vídeo, que muestra el pánico de Yanyan mezclado con el descojone popular cuando montamos en la máquina. No tiene desperdicio (y no, no están matando a ningún cerdo).


Cuando cayó el sol nos fuimos a casa de Eloi a cenar, y tomar un par de copas en preparación para salir luego. Jamás había visto Long Play tan vacío como el sábado. Según Yanyan estaba así porque era mi cumpleaños. Quizás se refería a que parecía que hubieran reservado las dos pistas para mí y que por ese motivo no había nadie. A saber.

La noche del domingo, volvimos a reunirnos todos (exceptuando Raquel, que la pobre trabajaba) y por la noche, coincidiendo con mi cumpleaños de verdad, los chicos sacaron una tarta a las 00:00, me cantaron el cumpleaños feliz y me dieron muchos regalitos... Mario Kart, Jardín Zen, Lucky Cat, Black Stories, calzoncillos con bigotes, y yo me autoregalé el Risk para ver si me peleaba con todos ellos. Jugamos a la consola, al Risk, y dormimos todos en casa. Fueron días muy intensos que describo aquí para poder recordarlos siempre. ¡Un millón de gracias!


13/9/11

Carta de disculpa hacia todos los pasajeros.

Al público viajero en general: LO SENTIMOS.

Lo sentimos por no tener almohadas.
Lo sentimos por no tener mantas.
Sentimos mucho que haga frío en el avión.
Sentimos mucho que haga calor en el avión.
Sentimos que los compartimentos superiores estén llenos.
Sentimos no tener armarios empotrados para tu descomunal equipaje.
Sentimos que ese no sea el asiento que querías.
Sentimos que junto a ti se haya sentado ese niño pequeño/gordo/maloliente pasajero.
Sentimos que el avión vaya lleno y no haya otros asientos disponibles.
Sentimos que no hayas conseguido que te cambien a primera clase.
Sentimos que ese hombre te haga sentir incómodo porque parece un terrorista.
Lo sentimos por esta tormenta que nos impide despegar.
Sentimos no saber cuándo parará.
Sentimos que estés atrapado en un espacio tan reducido que, si fueras un animal, PETA protestaría.
Sentimos que nuestro avión no esté equipado con sistemas de entretenimiento de música y vídeo para tu vuelo de 3 horas.
Sentimos habernos quedado sin tu refresco favorito.
Sentimos que ya no queden sandwiches.
Sentimos que la cerveza cueste 5€.
Sentimos no tener pañales para tu bebé.
Sentimos no tener leche para el mismo bebé.
Sentimos que no puedas apoyarte en la puerta de la cabina del piloto mientras esperas para ir al baño.
Sentimos que tengas que sentarte y abrocharte el cinturón de seguridad.
Sentimos que tengas que poner tu asiento en posición vertical para aterrizar.
Sentimos no saber cuándo vamos a aterrizar.
Sentimos no saber si tu avión a (sustituir por cualquier ciudad del mundo) estará esperándote cuando aterricemos.
Sentimos que hayamos aterrizado en otro aeropuerto porque nos quedábamos sin gasolina esperando a aterrizar.
Lo sentimos por todas estas y muchas otras cosas sobre las que no tenemos absolutamente ningún control pero sobre las cuales se nos responsabiliza CADA DÍA.

Por favor, comprended. Los azafat@s no son el enemigo. Compartimos vuestro espacio. Más que nadie, queremos tener una agradable y placentera experiencia de viaje.

Hay una razón por cada cosas que te pedimos que hagas. Puede ser una directiva de la CAA (Auridad de Aviación Civil). Puede estar relacionado con la seguridad, o puede ser un procedimiento de la compañía. No nos inventamos simplemente las cosas. Tampoco pasamos 8 semanas en la academia de vuelo para aprender cómo verter una Coca-cola; hay multitud de cosas a las que los auxiliares de vuelo prestan atención constantemente en cada vuelo POR TU SEGURIDAD. No es simplemente porque estemos aburridos o seamos tan controladores que disfrutemos de decirle a la gente qué hacer.

Me gustaría, por una vez, tener un vuelo en el que no tuviera que repetir a la gente que pusiera sus respaldos en posición vertical para aterrizar. De verdad. ¿Podrías sencillamente hacer lo que te pedimos alguna vez?... ¿Sin las miraditas, giros de ojo y desdén? Para que quede constancia, poner el respaldo en posición vertical puede no ser importante para tu seguridad personal; sin embargo, es muy importante para la persona que se sienta DETRÁS TUYO. Si alguna vez has intentado salir de una fila en la que alguien tenía el respaldo reclinado sabes que puede ser un desafío. Ahora trata de agarrarte los tobillos (posición de emergencia) o salir de esa fila rapidamente y con humo en la cabina. ¿Se entiende un poco mejor ahora?

Muchas otras cosas que pedimos a los pasajeros es para cumplir con la normativa de Aviación Civil. Como por ejemplo los requerimientos del equipaje en salidas de emergencia. Cuándo podemos (y cuando no) servir bebidas. Sólo se nos permite movernos por la cabina durante la rodadura a pista por actividades relacionadas con la seguridad. No podemos coger tu abrigo, o llevarte un refresco. No es que no queramos, es que somos personalmente responsables si fallamos en cumplir con la normativa de Aviación Civil. Esto significa que podemos ser multados con hasta 8.000€ si no cumplimos o hacemos cumplir dichas directivas.

Como que no haya bolsos en las mamparas. Que no haya niños en las salidas de emergencia. Nadie moviéndose por la cabina durante el rodaje. Quizás ahora ya sabes por qué los auxiliares de vuelo se irritan un poco cuando la gente camina por la cabina cuando no deben. No es la compañía la que se mete en problemas por eso, somos nosotros.

Personalmente, me gustaría que las aerolíneas mostraran vídeos de los peores escenarios posibles en un avión. Como qué pasa si caminas por la cabina durante las turbulencias. Podría ser un chico que se cae y se da con la cara en un reposabrazos metálico y ahora tiene una nariz rota. O una señora mayor que ahora tiene un brazo roto porque alguien que caminaba al baño se le cayó encima.

Por favor, simplemente créete que lo hacemos porque es lo mejor para ti, y deja de pelear con nosotros por cada cosa que te pedimos que hagas. Es agotador.

Finalmente, por favor, por favor... dirige tu hostilidad y frustración en la dirección que más efectiva resulte: el servicio de atención al cliente. Ellos son los que tienen las herramientas para manejar tu reclamación e implementar los procedimientos para el cambio.

Piensa en ello. Quejarte a la tripulación del vuelo sobre todo lo negativo de tu experiencia de viaje es parecido a quejarte al bedel de la oficina de que tu ordenador no funciona. Puede hacer que te sientas mejor el despotricar sobre ello, pero realmente no arreglarás nada. Más que nadie nosotros sabemos la falta de comodidades, comida, servicio y confort en el avión. Por favor, comparte tus molestias con las personas en sus cubículos en la empresa que necesitan esa información para tomar mejores decisiones para la experiencia del vuelo.

Es frustrante que mucha gente se niegue a ver que la industria aerea ha cambiado. Los gloriosos días de almohadas, mantas, revistas y comida caliente para todos hace tiempo que se marcharon. Nuestro trabajo es llevarte del punto A al punto B de manera segura al precio más económico posible para ti y para la empresa. Así que estáte preparado: si estás hambriento, consigue un sandwich antes de montar en el avión. Si es un vuelo de 3 horas, puedes prever que tendrás hambre a lo largo del vuelo y traer algunos snacks. Si eres propenso a pasar frío, trae algo con lo que taparte. Piensa en ti y adelántate a los acontecimientos. De lo contrario, no te quejes si tienes que pagar 3€ por una galleta o no tienes con qué taparte y tienes frío.

Oímos a menudo que el servicio ya no es lo que era. Bien, el servicio que nosotros proveemos ya no es el que era. Cuando se me contrató, mi labor principal era servir bebidas, comidas, y asegurarme de que los requerimientos de seguridad aérea estaban cubiertos y estar alerta por si alguna emergencia médica ocurría a bordo. Desde el 11-S mi principal trabajo es asegurarme de que la seguridad del avión no se vea comprometida por un terrorista. El 11S puede parecer distante ahora, pero os aseguro que con frecuencia, cuando un auxiliar de vuelo entra a trabajar recuerda aquel día. Sentimos la responsabilidad personal de que algo como aquello no se repita. No es cuestión de relajarse, y es difícil dejar de sospechar de las intenciones de algunos individuos.

Es difícil estar alerta y ser sociable al mismo tiempo. Especialmente cuando la mayoría de nosotros trabajamos 12 horas al día tras noches en hoteles que sólo nos permiten dormir 5 o 6 horas; no porque estuviéramos de fiesta la noche anterior, sino porque los retrasos que a ti te afectan como pasajero, nos afectan a nosotros como tripulación, por lo que ese descanso programado de 12 horas ahora se quedan en 10, que no te permiten recuperarte de lo que ha sido un día repleto de estrés.

A pesar de todo, seguimos disfrutando de nuestro trabajo. Si escribo esto es porque aún me preocupa mi profesión y la percepción que tiene el público de nosotros. Puedo estar un día entero sin que ninguna persona me diga nada remotamente civilizado. Estaré en la puerta del avión y diré hola a todo el mundo y quizás el 50% me devolverá la mirada, y aún menos contestarán al saludo. La mayoría de veces la única ocasión que tienes para conversar con un pasajero es cuando se está quejando.

Tras soportar largas jornadas sin que nadie te trate adecuadamente es difícil sonreír, y aún más interactuar con la gente sin miedo a una mala contestación. Somos humanos. Apreciamos el mismo respecto y cortesía que cualquier pasajero espera.

La próxima vez que vueles, intenta tratar a los auxiliares de vuelo de la forma que a ti te gustaría ser tratado. Podría sorprenderte lo amigable que es tu tripulación cuando les tratas como a personas normales.

Autor desconocido.