19/7/11

Día 123

Anoche, al igual que me ocurre a mí hoy, no podía dormir. Menos mal que se quedó Diego a dormir en casa, porque siempre que no puedo dormir, prefiero tener a alguien a quien molestar. No hacía calor, pero simplemente no había ni un ápice de sueño al que agarrarnos. Probamos de todo, película malísima, jugar al tiny wings hasta gastar las yemas de los dedos, cerrar los ojos, abrir los ojos, cerrar los ojos... hasta que probamos lo que no suele fallar. Hablar.


Le conté a Diego que el otro día me pasó algo parecido, y que, para intentar atraer al sueño, me puse a calcular cuántos kilómetros habría recorrido, tanto trabajando como viajando por ocio. Tras gastar media hora de mi vida, me salió como resultado la friolera de 2.370.000 KM.

Como no se quedó dormido, ni yo tampoco, le pregunté que a qué distancia estaba la luna, aprovechando que él es de ciencias. Me dijo que no lo tenía claro, pero que creía que sería 1 año luz, más o menos. Y teniendo en cuenta el rigor científico de toda la conversación, se podría decir que 'más o menos' tenía razón. Tras una pequeña búsqueda en google, descubrimos que sólo se equivocó por:


Kilómetros. Ahí es nada. Nos separan de la luna, de media, 384.400KM. Entonces empecé a decirle que me parecía una pérdida de tiempo haber recorrido 2.370.000KM sin haber salido de la tierra, que podría haber ido y vuelto de la luna 3 veces, y una de las veces lo habría llenado todo de rosas.

- Entonces la luna se vería rosa, ¿no?

Desde ese momento entendí que para divagar sería mejor hacerlo solo. Luego intenté llevar la conversación por otro lado. Ya que él estudia teleco, pensé hacer preguntas que sí podría responder.

- Diego, ¿cómo funciona la radio?.

- No sé.

- Buenas noches, Diego.

6/7/11

Día 110

Me he borrado la cuenta de Facebook. Realmente nunca la terminé de entender, y personalmente no me sirvió para expandir mis amistades, sino para mantener una falsa etiqueta de amistad con gente de la que no quiero saber nada, gente que no quiere saber nada de mí, y que después de 2 años sin llamar te piden por Facebook chat billetes de avión económicos. Bueno, sirvió para eso y para perder muchos minutos años atrás recolectando tomates virtuales.


Como estoy en contra de las amistades por contrato (tipo 'soy tu amigo porque tú eres mi amigo') he puesto fin por lo sano a un perfil que nunca me terminó de gustar. He pensado que volveré a la vieja escuela de llamar amigos a quienes son mis amigos aunque no les tenga en facebook, ni en Google+, ni en twitter.

Estoy a favor de redes sociales como twitter y Google+ porque no existen las amistades por contrato. Si alguien te gusta compartes tus cosas, si a ellos les interesa las leen. Si no, nadie recibe ningún mensaje por activa o por pasiva de que pepito ya no es tu amigo, o que menganito ya no quiere saber lo que has hecho hoy. A mí me interesa menganito porque me divierte, me entretiene, o estoy secretamente enamorado de él. Sin compromisos.

Me parece bien que la gente no se comprometa porque no se puede comprometer. Cuando lo hacen sólo es un paso previo a una gran decepción. A mí la gente ya raramente me decepciona porque, incluso aunque se comprometan, sé cómo son los compromisos de la gente.

La vida tampoco me está tratando demasiado bien últimamente. La muerte y las enfermedades me están cercando de uno u otro lado. Intento convencerme de que la vida es así, de que estas cosas simplemente pasan porque es lo natural, y lucho para no creer que la vida es mucho más fácil no vivirla. Quizás lo vería diferente si junto a las pálidas noticias surgieran brotes de esperanza o luz, pero no es el caso.

Para rematar, los turnos de estos días han sido bastante infernales, no recuerdo el último día que probé un plato de comida que no fuera una rosca de jamón de Mercadona, y charlar más de 5 minutos con Diego desde que se fue a Logroño es algo así como misión imposible. Tampoco es que tenga nada alegre que contar, pero bueno, mola pensar que la gente está "cerca" incluso cuando no está cerca. Yanyan está tonta, como siempre.

Desde luego, conocer gente en Madrid tampoco es tarea fácil. Creo que es porque todo el mundo está loco. O estoy loco yo y todos ellos son normales, pero para el caso es lo mismo. Aunque probablemente el motivo real es que conocer gente me duele, en gran parte, porque me doy cuenta de cuánto echo de menos a mi perro.