17/6/07

Ayer me perdí

me perdí tratando de volver a casa desde Roma. Y es que desde Roma deben salir como 100 trenes cada hora, y con el sistema de "aquí el tren lo pagan los tontos" (porque nadie te revisa el ticket nunca), pues si eres un poco paleto, o extranjero, o las dos cosas, equivocarte de tren es más sencillo que coger el correcto.

Pues yo cogí uno que iba a alguna parte, que, sin duda no era mi casa. Una vez me di cuenta del error pensé que la mejor idea era bajarse en la primera estación en la que parase.

Así acabé a las ocho y muchos en una estación llamada Zangarulo. O Zangarzelo. O Zanmarcelo.


De verdad que allí no había nada ni nadie, estaba perdido a más de una hora en tren de Roma, en una estación con pintas de abandonada sin saber cuando pasaría el próximo tren hacia mi pueblo, o hacia cualquier parte.

Justo 10 minutos antes de ponerme a llorar, ví a lo lejos a una viejecita que, por la apariencia, parecía acumular años y años de conocimiento. Y claro que tratar de hablar a una viejecita bicentenaria en inglés era como hablar con el banco de la estación.

Así es como surge todo ese italiano que no sabes, y consigues (o descifras) la información que buscabas. Tras dos horas perdido por Italia volví a casa.

0 comentarios:

Publicar un comentario