Cuando era pequeño hacía morritos, cruzaba los brazos y me sentaba a mirar por la ventana. Y al rato aparecía mi madre; "Pablín, las diferencias se acortan hablando...". Y de verdad que lo intentaba, muchas veces con la espina clavada en el ojo y sólo porque me lo había pedido mi madre, pero otra veces lo intentaba queriendo ser bueno, pero nunca hubo manera.
Cuantas más palabras intercambiaba más me radicalizaba en mi postura, y en lugar de un niño triste mirando a una ventana, había dos niños tristes dándose de hostias.
Y mientras miraba la ventana del hospital se acercó mi madre y me dijo: "Hijo, con la violencia no se llega a nada".
Así que diez años más tarde pongo morritos, cruzo los brazos, y me pongo a mirar por la ventana.
Cuantas más palabras intercambiaba más me radicalizaba en mi postura, y en lugar de un niño triste mirando a una ventana, había dos niños tristes dándose de hostias.
Y mientras miraba la ventana del hospital se acercó mi madre y me dijo: "Hijo, con la violencia no se llega a nada".
Así que diez años más tarde pongo morritos, cruzo los brazos, y me pongo a mirar por la ventana.
5 comentarios:
Lo bueno del ser humano es que siempre puede aprender algo nuevo xD. Sigues siendo violento?
Nunca he sido violento, sólo que me calentaba con facilidad.
Y ahora también, pero en otro sentido xD.
Joder, tan facil es? tus fans queremos saberlo XD
Vaya pájaro estas hecho :-).
Ciertamente de pequeño cuesta mucho mas ser lógico e imparcial cuando discutes con alguien, y hablar las cosas suele terminar mal :-).
Pero con los años deberías ser capaz de hacerlo eh? :_), bueno... no siempre se puede, pero intentarlo y si ves que la cosa va mal, pues lo cortas de raiz.
Yo solo hay dos o tres personas capazes de ponerme de mala leche de verdad y curiosamente son las que mas quiero. Solo con ellas tengo que cortar los "deberiamos hablar de esto"... No pq pudiera llegar a pegarles... bueno, a mi hermano tal vez ;-), pero vamos, que te das cuenta que te hierbe tanto la sangre que el cerebro no piensa con claridad.
Uy.. qué majo!! Ya te veo con ésos morritos y mirando por la ventana cuando tengas ochenta años... jejejeje
Mira, yo me suelo callar, me trago la rabia y no hablo en un par de horas, porque si no.. si no salen muchas burradas de mi boca y luego me arrepiento. Además, cuando estoy cabreada tartamudeo. Mejor cojo tu ejemplo y me pongo a mirar a ver qué pasa al otro lado del cristal.:)
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