27/4/11

Día 40

Lemon Pie

Masa:
Harina; 100grs. Maizena; 100grs. Azúcar; 50grs. 1 Pizca de sal. Mantequilla 100grs.

Formar una arenilla; luego agregar 1 yema + 4 cuacharadas de agua fría + esencia de vainilla. Dejar reposar 20 minutos en la nevera y colocar en el molde.

Crema de Limón:
Ralladura de 1 limón y su jugo. 1/2 litro de agua y 6 cucharadas soperas de azúcar. Agregar 4 cucharadas de maizena disueltas en una taza de agua y poner a cocinar. Apagar cuando espese. Agregar 50grs de mantequilla y cuando esté tibio, dos yemas.

Merengue:
3 claras a punto de nieve. Agregar 3 cucharadas de azúcar por cada clara y unas gotas de esencia de vainilla.



Your ex-lover is dead. Escucha obligatoria.

Vale, no es que se haya convertido esto en un blog de cocina, sino que esta receta lleva años dando vueltas por diferentes ciudades, cajones, cajas de mudanza, cocinas, ha navegado entre claras, yemas, mantequilla, cuchillos, manazas, y demás.


Y ahora que he aprendido que por más tiritas que les ponga a las cosas, acabo por perderlas igual, he pensado que si este blog ha sobrevivido cinco años, es probable que sea más seguro que los cajones, las cajas de mudanza o los cuchillos.

Es mi postre favorito. Incluso ahora que han dejado de gustarme los postres, es mi postre favorito. Mientras transcribía la receta, no pude evitar recordar que una de las parejas que tuve, era especialmente protectora con las recetas familiares. Recuerdo que un día le pedí la receta de los profiteroles que había traído para la cena, y me dijo que lo sentía pero no podía compartir esa receta familiar.

Ahora a la distancia, uno es capaz de comprender que si no comparte sus recetas, quizás tampoco estaba del todo preparado para compartir toda una vida conmigo. Otro caso evidente de que las tiritas no siempre funcionan.

Ayer lloré de nuevo. Venía en el cercanías de cenar en el centro, y en la parada anterior a la mía se subió una señora. Tendría unos 36 años, así, a ojo de alguien que falla siempre que intenta adivinar una edad. Iba bien vestida. Humilde, pero bien vestida, incluso maquillada con cierta clase. Comenzó a explicar cómo desde el lunes anterior se había quedado sin techo por estar en desempleo, y haber intentado mantener la hipoteca de una casa sobrevalorada hasta el final. Se le caían las lágrimas mientras relataba lo duro que resulta decidirse a subir a un vagón de cercanías a pedir mientras se le resquebrajaba la voz, y eran las 23:54 de un martes cualquiera.

Corrí a buscar mi cartera en el bolsillo antes de que llegara el tren a la estación. Recordaba tener una moneda de dos euros allí, y cuando abrí la cartera no había nada. Acababa de pagar con ellos en el maldito restaurante. Algún billete, y nada. Mi cartera no tenía absolutamente nada.

Sé que me vio sacar la cartera e instantes después, bajarme sin darle absolutamente nada. Tuve un nudo en la garganta y lagrimones durante todo el camino a casa, pero al fin y al cabo yo tenía una casa a la que volver. Quizás me hubiera gustado decirle algo, pero una vez más, una situación horrible ante mí y no hice nada. La demás gente del vagón ni siquiera la miraba. Por el amor de Dios, qué más da que te saque un euro una mujer que pide de esa forma en el cercanías... incluso aunque fuera mentira, no puedes quedarte impasible ante el riesgo de que fuera verdad. Es más, aunque fuera mentira la señora merecía unos euros por el pedazo de artista de que estaríamos hablando.

Pero ya sabemos que en Madrid no se quiere, tampoco se siente, ni se padece. ¿La gente no piensa antes de dormir? ¿no se plantea en qué mundo vivimos?. Esta ciudad está repleta de máquinas... pronto en el cercanías serán los iPhones los que lleven iPhones.

Espero que nadie me diga que no se puede ayudar a todos los mendigos de Madrid. No soy un idealista cegado, se trata más de la perplejidad que me provoca la ausencia de emotividad de esa gente. Y sí, me han pedido muchas veces en el metro/cercanías, y la señora no se trataba de ninguna yonki. También tienen sus problemas, pero no se solucionan con dinero precisamente.

Ya hoy, más calmado, me comencé a preguntar si quizás me sentí mal para sentirme bien. Si quizás Phoebe tenía razón en aquel capítulo de Friends en el que afirmaba que todas las buenas acciones son egoístas. Quizás necesito intentar ser buena persona para sentirme bien conmigo mismo. ¿Será eso ser buena persona?... no lo parece.

En fin, en ese punto me di cuenta de que, sea como fuere, pienso demasiado. Y creo que he vuelto a extenderme más de lo previsto, así que ya dejo de parloteo, y volveré cuando esté más animado.

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