6/4/11

Nathalie

Resulta ser que tuve una novia.

Bueno, a decir verdad tuve varias, pero una sola encajaba realmente en el concepto de novia más extendido, puesto que la quería de verdad y no teníamos sexo. Luego tuve otras, sí, pero sólo eran una pieza más de un puzzle. Un puzzle que si hubiera tenido nombre habría sido "Coloca en orden toooodas estas hormonas".


Es una historia muy curiosa porque ambos teníamos 5 años la última vez que nos vimos. Nos despedimos en la escuela en la que hicimos lo que en Argentina se llama el jardín de infancia, y cada uno le llevó un regalo al otro. Recuerdo haber llorado mucho aquel día, porque aunque es difícil de creer, pienso que aquella vez asumí, por primera vez, que no siempre dependería de mí el ver a la gente a la que quería.


Yo le regalé un conejito depeluche a ella, y ella me regaló un perrito rosa a mí. Raro es que ambos recordemos aquello con mucho cariño dos décadas después. Surrealista es que ambos conservemos dichos peluches, pero lo que es acojonantemente alucinante y escalofriantemente premonitorio, es que veintiún año después yo sea gay y ella lesbiana.

La cosa es que lo descubrí porque ella se pasó mucho tiempo intentando ponerse en contacto conmigo, cuando yo a duras penas la mantenía en mis recuerdos a través de Pochoclo, mi perrito de peluche rosa. Un buen día, y gracias a que mi padre tiene una ajetreada vida online, Nathalie consiguió dar con él, y a través de él, conmigo.

Me ha gustado mucho saber de ella. Es difícil de creer que alguien con quien sólo compartiste dos años de vida a edad temprana, pueda recordarte con tanto cariño como para pasar años y años tratando de volver a ponerse en contacto. Y justo hoy es lo que necesitaba, después de experimentar con mis propios sentimientos lo fríos que podemos llegar a ser.

En cualquier caso, mil millones de gracias, Nathalie, por empezar conmigo el peligroso camino de querer a las personas, y aparecer, cual ángel de la guarda, para devolverme un poco de esperanza en los seres humanos cuando más me hacía falta.

2 comentarios:

Tomy-kun dijo...

Ah, eres gay?

Bueno, volviendo al tema, la verdad es que a veces pienso que esos recuerdos que uno descartaría a un lado del cajón desastre igual que, posiblemente, tendrías a un lado ese perrito 20 años despues son los de los pocos recuerdos que despues de tanto tiempo te hacen sentir emociones intensas.

Anónimo dijo...

Me ha llegado al coarzón tu historia bonita.
A pesar de que me enfades tantas veces, he de recnocer que eres un gran encanto. :P

Un beso,

Adriana

Publicar un comentario