Resistivas y capacitivas

Anoche R. me pasó una página web divertidísima que me mantuvo enganchado como un imbécil a lo largo de casi dos horas. La web en concreto se llama chatroulette.com y consiste en que le das a Start, y comienza a aparecer gente desconocida a través de su ventanita de webcam, y tú, por supuesto te exhibes a un mundo de desconocidos que, cuando no les gustas, pulsan Next y así hasta que encuentras a alguien divertido para charlar.


Así estuve como una hora hasta que apareció esta calabaza de Michigan, U.S.A, con la que estuve charlando de cosas triviales durante casi una hora.

Es gracioso cómo a veces nos entretenemos charlando con un absoluto desconocido que vive a miles de kilómetros de aquí por el simple hecho de a) ser un completo desconocido, b) tener una máscara, y c) hablar con alguien que no tiene tus mismas costumbres. Quizás por eso nos den cierta confianza.

En este caso, él por lo que se ve celebra Halloween en febrero, que no es del todo normal. Al final resultó ser un estudiante de instituto norteamericano, que encontraba aburridas a las mujeres, adoraba la natación y los dibujos para adultos, y tenía apenas 17 años. Me dijo que tenía acento americano por usar mucho "wanna" y "gonna" y que fuera a visitarle algún día. Nos despedimos, y dijimos que lo mismo algún día volvíamos a coincidir, sabiendo que por supuesto no será así.

Luego estuve explicándole a R. la diferencia entre las pantallas resisitvas y las pantallas capacitivas de los teléfonos móviles. Las primeras responden a la presión, y las segundas a las electronosequemierdas que sólo se producen al tocar la pantalla con algo orgánico. Por eso, la pantalla de un Nokia 5800 se puede tocar con un palillo de dientes y funcionará, y la de un iPhone sólo si al final del palillo de dientes le pinchamos un cacho de zanahoria.

Es curioso que un iPhone no se pueda tocar con un palillo pero sí con la punta de la polla. Da que pensar. Seguro que alguno también se habrá quedado pensando en si al final Joel, Mr Pumpkin, se quitó la máscara o no. Eso también lo dejaré en el aire.