2/2/10

No sé dónde estoy

Acabo de darme cuenta de que a lo tonto a lo tonto, he escrito algo cada día en este blog desde que empezó el año. No es moco de pavo, han pasado ya 33 días y de esos 33 días la mitad no he estado en casa, así que tengo un valor añadido. Es más, ayer incluso empecé a actualizar desde el aeropuerto, lo cuál debería estar casi remunerado, porque demuestra cuantísimo me entrego a mis fieles lectores...

Hoy es dos de febrero de 2010, quedan exactamente tres semanas para empezar mi curso en Londres y todavía no sé nada. Me inquieta un poco el no tener fechas, reservas, compañero de habitación, confirmación de no ser un delincuente... una llamadita de "everything's going fine" de un número empezado en +44 vendría bien, la verdad, pero no me desespera en absoluto.


Tampoco tengo miedo. Normalmente cuando mi vida iba a pegar cambios me daba miedo, pero de algún modo creo que es extremadamente difícil que cambie a peor, y tampoco es que ahora me vaya excesivamente mal. Es más, observándolo desde un punto de vista 'ligeramente' idealizado me espera la segunda mejor racha de mi vida, pero tampoco es hora de lanzar campanas al vuelo, ¿o eran palomas? ¿o palomitas?...

Eso me recuerda que sigo indignado pensando en por qué en Madrid no se limpian los cines jamás, a ninguna hora. Creo que si analizaran el ADN de una palomita del suelo de un cine de Madrid podría datar de 1993.

Me gusta que mi vida últimamente se está convirtiendo en plenamente imprevisible. Hoy estoy aquí, mañana estoy allá, hoy comí un sandwich de pavo y a las 6 horas estoy en otra ciudad cenando Sushi moriawase. De repente estoy tocando Today de Smashing Pumpkins en el guitar hero, y al rato estoy borracho cantando Beat it. De repente tengo deudas y de repente tengo más deudas, porque hay cosas que no cambian tan rápido. Todo improvisación, pero que me quiten lo vivido.

0 comentarios:

Publicar un comentario