Y tú no sabes nada.

En estas épocas tan navideñas más llantos ya no pegan, aunque hay que hablar de lo que quiera recordar... además, hoy estoy contento porque he probado la cerveza de cereza y me ha gustado más que la Quilmes negra, que ya es decir. Aparte, me deben una cerveza de banana... ya se me hace la boca agua =D-...

También tengo que celebrar que al final conseguimos las entradas gratis para el preestreno de Zombieland, y eso significa que ya tengo algo más para hacer en mi lista de cosas para hacer antes de irme.

Decía que estoy optimista porque, aunque el vacío post-relación sigue ahí, me he dado cuenta de que lo que me dolió no fue la ruptura, sino el engaño, en el sentido de no saber con quién estuve ni cómo no me di cuenta antes. Partiendo de esa base también me puso contento saber que lo que realmente extraño son los momentos, las caricias, la intimidad, los sentimientos cruzados.. más que sus momentos, sus caricias, o la intimidad con él.


Ojo, no digo que fuera mal chico, no tengo nada en su contra ni muchísimo menos, simplemente no nos conocimos apropiadamente. Los dos nos portamos mal con nosotros mismos, y he decidido que nadie tiene la culpa de lo que pasó. No me interesa con quién está, no voy a buscar culpables.

Todo esto viene a raíz de que hoy se me ha desmoronado la teoría de que en la vida los amigos van y vienen, pero las personas se sustentan y viven por sus parejas, cuando realmente los que van y vienen son las parejas. También me dolió darme cuenta de eso, en el sentido más sano de la palabra.

Por otra parte... no sé qué iba a decir. Bueno, no sé, abrazos para todos.