13/1/10

De reporter@s

Tengo un conocido que va a presentar una canción para Eurovisión 2010. Anoche, hablando un poco sobre la aceptación de su canción, de cómo eran las de los competidores, etcétera, me salió una pregunta de reportera:


"Y, ¿estás nervioso?".

...
...

Enseguida me di cuenta de que, lo que ellos estudian durante cinco años para hacer, yo lo había logrado en escasos minutos de conversación pseudotrivial. Enseguida me disculpé, y le dije que, a distinta gravedad, me recordé yo mismo a los reporteros que cubrieron el accidente del Spanair JK5022, en el que murieron más de 150 personas.

Recuerdo que acababa de llegar de trabajar, en un AVE cualquiera, y tras conocer la noticia puse la tele. Allí, amontonados, un montón de periodistas acosaban a una familia que entraba entre llantos y gritos de dolor, y comenzó el bombardeo de preguntas.

"¿Cómo se encuentran?"

"¿Le preocupa saber si su hija figura o no en la lista de fallecidos?"

"La muerte de su hijo, su cuñada y sus tres nietos es una tragedia, ¿verdad?"

Y aún así estoy seguro de que se registraron altísimas cotas de pantalla con aquellos absurdos. Desde aquel día me pregunto, no por la estupidez humana, sino por el hecho de que eso aún funcione. De hecho es mentira, sí que me planteo la estupidez humana, porque si los periodistas preguntan eso es porque saben que es lo que la gente de la calle quiere oír. El morbo de experimentar un dolor extremo a través de nuestra tele de 32" debe ser algo exquisito que yo no comprendo, como el caviar, que tampoco me gusta o no sé apreciar.

La moral dentro del periodismo es algo que ya pasó a ser opcional. Sabido es por todos que un reportero de hoy normalmente no se preocupa de contrastar o verificar que la información que están contando es cierta, así como tampoco suelen preocuparse de las consecuencias que puede tener contar algo como cierto sin tener ni idea de si es o no verdad.

Revolviendo dilemas morales me acordé de un peliculón de esos que es difícil olvidarse, y explica con gran emotividad lo que explico sobre el periodismo, y también se aplica a las habladurías en general. La Duda, de John Patrick Shanley. El padre Flynn comparte protagonismo (o antagonismo) con la hermana Aloysius Beauvier, directora de un centro estudiantil de monjas que dicho padre está, de un modo u otro, intentando cambiar. Recuerdo que en un momento de la película se generan dudas acerca de la inegridad del padre Flynn. Éste, en contestación, dio un sermón muy explicativo sobre cuán difícil es reparar los daños que, a veces sin querer, podemos llegar a generar.

Una mujer cotilleaba con una amiga sobre un hombre al que no conocía. Ya sé que no lo habéis hecho nunca (risas en la iglesia). Aquella noche soñó que una mano gigante la señalaba. De inmediato la atrapó un turbador sentimiento de culpa. Al día siguiente se confesó: acudió a su anciano párroco el Padre Orrurk. Se lo contó todo. "¿Cotillear es pecado?" le preguntó al párroco "¿Era de Dios todopoderoso esa mano que me señalaba?, ¿debo pedirle la absolución, Padre?, dígame, ¿he hecho algo mal?". "Sí" le contestó el Padre Orrurk, "Sí, mujer ignorante y maliciosa, has difamado a la ligera a tu prójimo. Has osado jugar con su reputación, y deberías estar avergonzada, hija mía." Bien, ella dijo que lo sentía y pidió la absolución. "No tan rápido", dijo Orrurk, "ve a casa ahora mismo, coge una almohada y sube al tejado. Rájala con un cuchillo, y entonces vuelve a verme."


Así que la mujer se fue a su casa, agarró una almohada, sacó un cuchillo del cajón, subió al tejado y acuchillo la almohada. Cuando hubo acabado volvió a ver al sacerdote. "¿Destripaste la almohada con el cuchillo?" le dijo. "Sí, Padre". "¿Y cuál fue el resultado?". "Plumas..." dijo ella. "Plumas..." repitió él. "Plumas... por todas partes, Padre". "Ahora, quiero que vuelvas, y recojas hasta la última pluma que se haya llevado el viento". Y ella dijo "Pero... eso es imposible, no sé a dónde han ido... el viento se las llevó todas." Y eso, es en lo que consiste el chismorreo.

Por supuesto el significado va mucho más allá de la incompetencia de cierto sector periodístico, sino más bien es un profundísimo análisis de lo que se consigue a partir de un simple bulo, de una simple mentira o de una inocente verdad a medias.

Las tres cosas buenas del día:

Como ayer terminé el maldito Chaperos de Dennis Cooper, hoy me compré un nuevo libro. Los colores olvidados. Tiene la típica portada embaucadora, de aspecto infantil y profundo contenido. Aparte, el 10% de su precio va a una ONG, así que casi casi era compra obligada.

Hoy, tras luchar hora y media con mi dni-e, sucumbí y fui a sellar el paro al INEM, pero no tardaron ni 10 minutos. No se puede pedir mucho más.

Hoy vuelve a llover. Realmente no recordaba algo así por esta zona. Jamás. Si me pusiera en plan místico diría que el cielo llora por lo que no soy o fui capaz de llorar yo. Pero simplemente son sucesiones de bajas presiones que recorren la península de oeste a este. Aún así, me encanta la lluvia y ver llover.

1 comentarios:

コリタ dijo...

A mí me gusta el caviar xDD Pero lo cierto, es qeu cada vez más, los periodistas lo qeu buscan es el morbo ... no digo, que todos sean así, pero muchos de los mal llamados periodistas qeu salen en la TV, parece que le dieron el título en una tómbola...

Publicar un comentario