4/1/10

Magia

Yo sabía que leyendo Chaperos de Dennis Cooper la magia terminaría. Ya no hay mariposillas, lagrimeo fácil, emoción, esperanzas en el amor, o relojes de cuco cuando cierro los ojos. Todo eso ha cambiado por cuero, sadomasoquismo, degeneraciones sexuales y trastornos psiquiátricos graves.

Chaperos cuenta la historia de 'Brad', un chapero de San Diego, crecido en orfanatos que, al parecer, se propone ser el más famoso del mundo. Todo contado a través de supuestos informes que deja gente anónima para recomendar o desaconsejar chaperos de cierta zona, contando al dedillo sus experiencias con ellos. Lenguaje muy duro, soez, y en ocasiones desagradablemente gráfico.

Como aún no lo he terminado no quiero opinar mucho más, pero reconozco que me dan escalofríos y apenas me dan ganas de seguir leyendo. Más por temas personales que por lo que relata el libro en sí. Quizás no soy el público adecuado de Dennis Cooper.

La cosa es que la magia se está empezando a terminar en todos los sentidos, ya casi nada es mágico, ya casi nada es especialmente positivo, ya tampoco ocurre nada que indique una buena dirección del viento. Creo que estoy sufriendo algo así como un estancamiento repentino del karma, tan repentino que ya no se me ocurren demasiadas cosas buenas. Afortunadamente tampoco se me ocurren demasiadas cosas malas.



Hoy, algo que me dejó casi tan perplejo como el libro, son las nuevas medidas de seguridad que los estadounidenses quieren imponer en todos los vuelos con destino a su país. Según leí ayer en el periódico, a partir de ahora, durante la última hora de vuelo, los pasajeros deberán permanecer sentados, con el cinturón de seguridad abrochado, deberán depositar todas sus pertenencias personales en los compartimentos superiores, y no podrán sostener ningún libro, revista o gadget electrónico. Nadie podrá levantarse ni para ir al baño, ni cubrir su regazo con una manta o almohada. Aparte de todo lo mencionado, las aerolíneas deberán dejar de mostrar el mapa que indica por qué lugar estás pasando, para evitar que los potenciales terroristas calculen si se está sobrevolando alguna ciudad o monumento importante.

Por si todo esto fuera poco, el someterse a los nuevos escáneres que desnudan a las personas será obligatorio si alguien quiere (o debe) viajar a Estados Unidos. ¿Quién no querría?... aquello parece el paraíso.



Boceto de lo que será un avión de American Airlines en 2011.

De todas formas, como esto es un ejercicio que requiere constancia, vamos allá con las tres cosas buenas:

Pronto se acabarán las fiestas. Que 5 de cada 7 días sean festivos me tiene atascado.

La música, hoy encontré otra canción que me gusta mucho. Se llama What can I say, de Dead by April.

El gato y yo estamos llegando a un acercamiento espiritual. A él le encanta mi cama, y a mí ya no me molestan tanto sus pelos en todos mis jerseys.

Y con todo esto, acabamos por hoy, que hay que seguir leyendo. En este caso, como en casi todos, de hecho, ¡cuanto antes empiece antes acabo!.

P.D: ¡Joder! Y tanto que se fue la magia.

2 comentarios:

コリタ dijo...

Entre esto y la peli de Apocalipsis Now... Los americanos cada vez me caen peor...

AlbErT dijo...

pablo soy albert necesito ke me mandes un e-mail con tu correo electronico, no se ke me pasa con el msn ke he perdido todo...o quizá si lo sé. un beso

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